martes, 15 de diciembre de 2015

Balas de plata

El Clímax de Daniel Busquets


Este libro se inicia con un texto del autor que antecede a los poemas. Un texto en prosa titulado Coordenadas. El texto se inicia con estas palabras: El clímax despliega una trama de adicciones con voces procedentes de ex toxicómanos, adictos o candidatos a serlo, más o menos enganchados a drogas, alcohol o conductas compulsivas. También aparecen escenarios vacíos o mero fluir de espectros y situaciones. Hacia adelante, Busquets desarrolla brevemente esas coordenadas que sugieren cierta forma de leer este libro. Coordenadas de vuelo, diríamos. No instrucciones. No se trata de dirigir sino de complejizar la lectura, de proponer puntos de vista a la mirada de lector. Como escribe Busquets, aquí: Las coordenadas sitúan. También desorientan.

El clímax despliega una trama de adicciones, dice el autor. Este libro funciona así, como una trama. Como un ejercicio de montaje más que como el desarrollo de un argumento o de una fábula. Un texto coral, polifónico, que se despliega mediante la yuxtaposición de las voces y las imágenes. El mismo autor ha llamado la atención sobre esta tesitura múltiple y politonal en que fue escrito este libro: Cuánto más variada la combinatoria, mejor para el desarrollo de la intriga. El clímax es un libro coral, con múltiples voces y momentos esenciales, que vertebra una dinámica compleja entre placer y dolor.

Placer y dolor. La adicción como la dinámica compleja, la tensión permanente entre uno y otro. Dice a este respecto el autor: Las adicciones contemporáneas revelan muchas cosas. (…) Son vías de fuga, de autodefensa, trampas dramáticas a menudo peligrosas. (…) Tal vez las adicciones protegen de algo peor, quizás preludian una toxicomanía del todo programada. En cualquier caso, ya forman parte del paisaje de una comunidad a la vez hedonista y puritana. Asimismo muy cínica. Las adicciones como vías de autodefensa, como formas de protección o puertas de escape. El clímax, comprendido como un remedio o como un alivio. El placer, su búsqueda y su consecución, definido en términos muy cercanos a los de William Burroghs, seguramente uno de los investigadores más profundos de estas interzonas. Escribe Burroughs: Tal vez todo placer es alivio y podría ser expresado por una formula básica. El placer tendría que ser proporcional a la incomodidad o tensión del cual es un alivio. 

Desde otro ángulo, tal como expresa el autor, estos textos, esta galería de imágenes de la adicción, son también la metáfora de una situación política y cultural. Las adicciones revelan, ponen al descubierto la trama invisible en que transcurren nuestros días. La trama invisible de la sociedad espectacular. La sociedad donde, cotidianamente, presenciamos y sufrimos la degradación del ser en el tener, y del tener en el parecer, tal como escribiera Guy Debord.

Dice Busquets respecto a esto último en el texto introductorio: Quizás El clímax sea otro show con observador pasivo y cámara oculta, ya que no deja de actuar como un simulacro dentro del simulacro. Los omnipresentes dispositivos tecnológico – mediáticos recrean un flujo hiperreal incesante de imágenes, signos y productos sometidos a la lógica de la mercancía y la estetización. Un libro que actúa como un simulacro dentro del simulacro, escribe el autor. Que funciona como una cámara oculta que nos muestra justamente eso que el espectáculo se encarga de hacernos invisible: la vida real. La realidad sepultada por ese flujo hiperreal incesante de imágenes, signos y productos sometidos a la lógica de la mercancía como dice Busquets. Vivimos, sobrevivimos, en ese mundo. Nuestra vida transcurre en los terrenos ficticios del simulacro. De eso habla este libro. De cómo el poder nos hace dependientes, como el adicto a la droga, como el consumidor a la mercancía, de su verdad. En eso radica justamente, según Baudrllard, la naturaleza profunda del simulacro: El simulacro no es lo que oculta la verdad. Es la verdad la que oculta que no hay verdad. El simulacro es verdadero.

El simulacro está en nosotros, corre por nuestras venas. El placer de las drogas para un adicto es el alivio del estado de la necesidad de drogas dice Burroughs. Todos, en alguna medida, somos adictos. Todos buscamos o necesitamos el alivio. Todos estamos atrapados en esa trampa dramática de que habla Busquets. La trampa que, en lugar de la vida verdadera, suplantándola, nos ofrece una vida no vivida. La sobrevida del adicto. Su deambular por esos escenarios vacíos o mero fluir de espectros que dibujan el paisaje desolado de este libro. 

Termino con estos versos, el poema se llama Tal vez: El francotirador/ se inyectaría lluvia/barro o detergente. Le quedan tan solo/sedantes, whisky, /munición de plata/y tal vez puntería. Tal vez eso sea lo único que nos queda. Transformarnos en francotiradores. Afinar la puntería y dispararle al adicto que llevamos dentro. Hacerlo con balas de plata. Las únicas eficaces para matar a los monstruos, los vampiros, los hombres lobo. 

Valparaíso. Noviembre de 2015

El Climax
Daniel Busquets
Poesía
Editorial Desbordes 2015








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