miércoles, 18 de abril de 2018

Poesía a base de hechos (private investigations)



Confidential information/It's in a diary 

This is my investigation/It's not a public inquiry 

I go checking out the reports/Digging up the dirt 

You get to meet all sorts/In this line of work 

D.S. * 



Los poetas de ayer/son los detectives de hoy 

P.S. 



Inicio estas líneas con algo de Valerio Magrelli, poeta italiano fundamental que visitó hace pocos días nuestro país. Dice Magrelli en una entrevista: Creo que el equívoco fundamental respecto al quehacer poético es de origen romántico. No me refiero tanto a las diversas doctrinas románticas, sino al hecho de ver al poeta como una especie de atleta del sentimiento, como alguien que tiene la posibilidad de entrar en contacto con la realidad de manera exorbitante. El equívoco fundamental, escribe Magrelli. Ver al poeta como un atleta del sentimiento. La imagen que parece dominar todavía el imaginario colectivo es esa. El poeta como un ser hipersensible que, por lo general, sufre y habla desde ese desacomodo radical a que lo condena su vida en un mundo práctico y cruel antes que sentimental. Alguien cuyo contacto con lo real es exorbitante antes que cotidiano. Alguien fuera de órbita, que vive en una realidad aparte, no la que vive el común de los mortales. 

La realidad es el único libro que nos hace sufrir/La realidad es la única película que nos quita el sueño. Versos de Enrique Lihn en La aparición de la virgen que nos hablan de una constante en la poesía chilena contemporánea. La realidad comprendida como una forma de insomnio. Más que una sentimentalidad, la exigencia de algo que el poeta no puede soslayar porque le afecta íntegramente. Lo implica no sólo respecto a su escritura sino a su vida misma. Esta relación con la realidad, a la vez ansia y exigencia, me parece que tiene una expresión muy clara y muy bella en estos versos de Gonzalo Rojas: Vivo en la realidad/Duermo en la realidad/Muero en la realidad//Yo soy la realidad/tú eres la realidad/Pero el sol/es la única semilla. Bajo ese sol, a menudo inclemente, se ha escrito buena parte de la poesía chilena de las últimas décadas. Bajo ese sol encandilante, la única semilla, frente al cual ningún poeta verdadero puede dormir. 

La re la re la realidad escribe Juan Luis Martínez en La Nueva Novela. A la pregunta sobre qué o cuál es la realidad, responde en el mismo libro: La poesía es sólo la base/pero es la base. Versos apropiados del poeta norteamericano Wallace Stevens, junto a Ezra Pound, William Carlos Williams y T. S. Elliot, una de las influencias fundamentales de la poesía anglo sobre nuestra poesía moderna. Otra cita de Stevens: La poesía busca la relación entre los hombres y los hechos. La poesía: una forma de establecer los hechos. No de expresar sentimientos, sino de buscar la relación entre nosotros, los lectores, y los acontecimientos de la vida y de la historia. 

A propósito de esto, cito en extenso un texto de Nicanor Parra, uno de los grandes realistas de la poesía chilena. Incluído en una antología hecha por Hugo Zambelli en 1948, seis años antes de la publicación de Poemas y Antipoemas, el texto se titula Declaración preliminar: Huyo instintivamente del juego de palabras. Mi mayor esfuerzo está permanentemente dirigido a reducirlas a un mínimo. Busco una poesía a base de “hechos” y no de combinaciones o figuras literarias. En este sentido, me siento más cerca del hombre de ciencias que es el novelista que del poeta en su acepción restringida. Finalmente, estoy en contra del lenguaje tradicional poético. El lenguaje periodístico de un Dostoievski, de un Kafka o de un Sartre, cuadran mejor con mi temperamento que las acrobacias verbales de un Góngora o de un modernista tomado al azar. Y en cuanto a contenido, también estoy en contra de un romanticismo exclusivista. La angustia, la desesperación, la nostalgia son algunos aspectos parciales del alma humana. Personalmente preferiría trabajar a base de elementos menos usados: la frustración y la histeria, factores de la vida moderna, me atraen con una fuerza especial. 

Busco una poesía a base de hechos, dice Parra. En vez de la angustia y la nostalgia románticas, la frustración y la histeria sicoanalíticas. Hechos, factores de la vida actual. No sentimientos ni figuras retóricas. Creo que este texto, que de alguna manera anticipa todo el proyecto de Parra, podría servir de coordenada común a cierta corriente o estirpe de poetas chilenos. Poetas a los que se les podría leer desde ahí. El mismo Lihn, Gonzalo Millán, Rodrigo Lira. Elvira Hernández, José Ángel Cuevas, Carlos Cociña, solo por dar algunos nombres relevantes entre los poetas en ejercicio. Poetas bajo el sol, a menudo inclemente, de la realidad chilena. Poetas de/en esa realidad. Poetas que escriben desde ahí. 

Una poesía a base de hechos. Una poesía de la realidad. Pero, ¿Qué diferencia a la poesía? ¿Qué la diferencia de la historia, de la sociología, de la antropología? Creo que la diferencia es que la poesía tiene plena consciencia de que trabaja con el lenguaje. De que es un trabajo de lenguaje. Un trabajo que se realiza en un contexto determinado, en un ámbito lingüístico concreto. Nada más difícil para un poeta que realizar ese trabajo cuando el lenguaje mismo se ve amenazado o derechamente reprimido. Como lo fue durante tanto tiempo, dictadura brutal mediante, en el caso de nuestra historia contemporánea. Cito a Gonzalo Millán: ciertos periodos críticos de la historia, no solo afectan a la sociedad, sino también al lenguaje. El lenguaje no queda indemne después de la barbarie y el horror, porque hay una alteración importantísima. Es decir, cuando el lenguaje pierde efectividad, cuando el lenguaje es malversado, es utilizado para mentir, para ocultar, para encubrir. Ahí el lenguaje empieza a fallar. El trabajo del poeta es, justamente, reparar esa falla. Restituir al lenguaje, aun en medio de un contexto de malversación e incomunicación, su potencia para comunicar, para decir la verdad, para revelar la realidad. 

Poetas realistas. Poetas que escriben o tratan de escribir de/en la realidad. Pienso en estos poetas como detectives. Ed Sanders, poeta norteamericano de los sesentas, creador de la investigative poetry, se definía a sí mismo como poeta e investigador privado. Poetas detectives. Detectives salvajes, como decía Roberto Bolaño. Gente que escribe como persiguiendo huellas. Que busca evidencias, trabaja con archivos, reportes y documentos. Digging up the dirt. Que busca, en medio de la saturación de nuestro tiempo, los rastros de la realidad. Soñé con detectives helados, detectives latinoamericanos/que intentaban mantener los ojos abiertos/ en medio del sueño, escribe Bolaño en su poema Los detectives helados. 

La realidad suele ser dura. No es fácil enfrentarla. No es fácil mantener los ojos abiertos. El trabajo del poeta, de un poeta de la realidad, es mantener la vista al frente, no desviarla. El arte tiene como objetivo redescubrir la realidad y no escaparnos de ella, dice Gonzalo Millán. Redescubir la realidad. No escapar de ella. Esa es la exigencia a que se enfrenta la verdadera poesía. 



Valparaíso. Noviembre de 2017