jueves, 23 de abril de 2015


Neruda después del derrumbe
Multiforme y comprometido de Greg Dawes.


1956. XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética. Las revelaciones del llamado Discurso Secreto de Nikita Jrushchov. El reconocimiento oficial del terror imperante durante décadas bajo el puño de acero del estalinismo. Un informe elaborado originalmente para investigar las purgas contra los delegados del XVII Congreso, la vieja guardia bolchevique arrasada por la dictadura estalinista, y que da una idea de la escala de la represión: entre los años 1938 y 1939, durante el momento más álgido de la llamada Gran Purga, más de un millón y medio de miembros del Partido fueron acusados de realizar actividades antisoviéticas. De ellos, según el informe, al menos 680.000 fueron ejecutados. Los títulos de los acápites del texto son también significativos a la hora de describir la violencia y la oscuridad de esos años: Stalin creó la noción de «enemigo del pueblo». Stalin violó brutalmente los principios leninistas. Las terribles «depuraciones» de 1937-1938. Stalin ordena que se apliquen torturas físicas. Deportación de naciones enteras. Los crímenes de la postguerra. Ejemplos de la vanidad de Stalin. El autoritarismo del «jefe genial»

La conmoción en el mundo político y cultural de la izquierda es total. Como describe Volodia Teitelboim: Cuando se hizo la luz que iluminó los entretelones, el estupor y el dolor del militante fue indescriptible. Al principio no lo podía creer. Al hacerse evidente la verdad, muchos se consideraron víctimas de un colosal engaño. Fue difícil admitirlo. El mismo momento en palabras del propio Neruda en sus memorias: la íntima tragedia para nosotros los comunistas fue darnos cuenta de que, en diversos aspectos del problema Stalin, el enemigo tenía razón. A esta revelación que sacudió el alma, subsiguió un doloroso estado de conciencia. 

Neruda después de 1956, se subtitula este libro. Neruda después de esa conmoción, su escritura y su vida luego de sufrir esa sacudida del alma. De instalarse en ese doloroso estado de conciencia en que tendrá que vivir luego del derrumbe brutal de la utopía. De reconocer, ante las pruebas irrefutables de la realidad, su suplantación por un sistema cuyo poder es absoluto y cuya represión es sistemática. La tragedia íntima de alguien que ha apostado por entero su vida y su letra en la defensa de una causa que, lejos de los pretendidos ideales emancipatorios, ha degenerado en una gigantesca maquinaria de opresión y de muerte.

Este libro reconstruye la trayectoria vital, política y literaria del poeta desde ese hito que es 1956 hasta su muerte en 1973. Mediante un trabajo exhaustivo y minucioso de análisis y relectura, cumple con el programa definido en un pasaje por el propio Dawes: demostrar que el enfrentamiento del poeta con las revelaciones de Nikita Jrushchov en el XX Congreso del PCUS en 1956, como también sucesivos episodios clave en la política y en su vida personal –como son la invasión soviética de Hungría, la Revolución Cubana, la carta de denuncia de los cubanos en 1966, la intervención soviética durante la primavera en Praga en 1968, la guerra en Vietnam y el triunfo de la Unidad Popular en Chile- cavaron hondo en la conciencia y la sensibilidad de Neruda en estos años, provocando así una discontinuidad y continuidad significantes respecto de su postura ante su vida personal, su cosmovisión y su poética.

Estravagario, Cien sonetos de amor, Canción de gesta, Memorial de Isla Negra, Fin de mundo, La espada encendida, Geografía Infructuosa, Incitación al Nixonicidio y alabanza de la revolución chilena. La producción poética postrera de Neruda, desarrollada en las últimas dos décadas de su vida, leída desde una perspectiva que integra lo escritural, lo político y lo biográfico. Un ejercicio de interpretación de los textos y sus respectivos contextos cuyas proposiciones son, tal como destaca Hernán Loyola, respaldadas en los poemas mismos. Una característica de este y otros trabajos de Dawes que remiten al lector a un examen profundo y acucioso de esta poesía y abre desde ahí sus hipótesis de lectura. 

No es el caso revisar aquí los pormenores de este análisis desplegado en un texto a la vez extenso y contundente. Dejo esa tarea a los futuros lectores de este libro. Sin embargo, me gustaría esbozar un par de ideas someras sobre uno de los aspectos centrales que nos plantea su lectura: Neruda y la evolución de su compromiso político. 

Neruda, poeta comprometido. La relación orgánica entre literatura y política que siempre buscó y practicó Neruda convirtiéndolo en un ícono, en la encarnación del poeta militante. A este respecto, me parece que la reconstrucción del trayecto nerudiano posterior al 56 es clave para entender no sólo su evolución personal sino la historia de toda una época, el relato de un siglo lleno de luces y de sombras como fue el siglo XX. El tránsito desde la convicción absoluta del poeta de Canto General o Las uvas y el viento al distanciamiento, la ironía y el filo crítico y autocrítico que se abre con Estravagario y, de una u otra forma, persiste en su trabajo posterior. Ese tránsito personal y literario constituye, me parece, una metáfora de la evolución de la época que le tocó vivir. Una que transitó desde la convicción a la duda, desde el optimismo utópico al realismo pesimista o descarnado que impone el fracaso de las ilusiones y el voluntarismo. 

Vivir y escribir después del 56. Después de las grandes utopías derribadas. Vivir y escribir después de todo eso, del gulag y el estado policiaco. Instalarse en una época de crisis permanente. Una crisis que, Neruda no viviría para verlo, terminó con la desaparición de ese nuevo mundo proclamado y la reafirmación del viejo mundo que se pretendía transformar. Una crisis que, en más de un sentido, continúa hasta hoy. Sin embargo, a pesar de todo, a pesar de que Neruda cambia en ese transcurso muchos de sus puntos de vista, no varía su compromiso con la posibilidad de construir una alternativa. 

Neruda no se va del Partido Comunista ni desaparece de la escena pública. Por el contrario, a partir de la derrota, de esa muerte simbólica de que se habla en el libro, sigue escribiendo e interviniendo. Intenta comprender y rehacerse. Definir en nuevos términos su compromiso poético y vital. Un compromiso que, después del derrumbe, Neruda busca y encuentra en un humanismo fundamental. En la esperanza, ahora problemática pero igualmente radical, en las posibilidades del ser humano, su libertad y su felicidad. 

¿Con qué, cuál era el compromiso de Pablo Neruda? Me parece que este libro demuestra, desplegando el complejo itinerario nerudiano desde el derrumbe a la recreación personal y poética, que su compromiso fue siempre con esa esperanza. Y que trabajó incansablemente, hasta el fin de sus días, militando y escribiendo, por estar a la altura de cumplirlo. Que ese fue, a pesar de los avatares de su vida y de su época, su compromiso más profundo y verdadero.

Es urgente releer a Neruda. Es preciso sacar su poesía del lugar canonizado, a la vez que rescatarlo de su apropiación, siempre superficial y reductiva, por el mercadeo de los íconos y los clichés culturales. Hay que volver a Neruda, releerlo, Para ello es necesario complejizar su lectura, abordar su vida y su poesía desde nuevos ángulos. Tal como plantea este libro, Neruda es un poeta Multiforme. Este libro, el cuidadoso trabajo de reconstrucción e interpretación que contienen sus páginas, es una valiosa contribución a eso. A explorar nuevas y más complejas formas de leer y comprender su poesía en un periodo decisivo de su trayectoria y de su época. Una poesía reafirmada y recreada a pesar del derrumbe. Una poesía cuyas formas, siempre múltiples, siempre cambiantes, se dibujaron a partir de la realidad y de la vida. 

Valparaíso. Abril de 2015

Multiforme y comprometido.
Neruda después del 56.
Greg Dawes
RIL Editores.
Santiago. 2014